HEPATITIS
En el hígado se llevan a cabo
numerosas funciones de suma importancia para el correcto funcionamiento del
organismo.
Toda la sangre proveniente del estómago y el intestino pasa por el
hígado. Allí, los nutrientes y las drogas (toxinas, medicamentos, etcétera) son
transformados en compuestos más fáciles de asimilar o excretar por el
organismo.
En este órgano también tiene lugar la síntesis de la bilis, una
sustancia que se almacena en la vesícula biliar, y que se libera al duodeno
tras la ingesta de alimentos, para facilitar la digestión de las grasas. Estas
y otras funciones del hígado pueden verse alteradas por la aparición de un
proceso inflamatorio que recibe el nombre de hepatitis.
La hepatitis es, por lo
tanto, una inflamación del hígado que puede ser debida a diversas
causas, aunque generalmente es un virus el responsable de la afección. Entre
las consecuencias del mal funcionamiento del hígado destacan:
- Disminución de la producción de bilis. La bilis es una sustancia
indispensable para la absorción de las grasas en el intestino, por lo que
si se reduce la cantidad de bilis que llega al intestino esto puede
dificultar la absorción adecuada de las grasas.
- Déficit en la producción de proteínas, lo que puede tener como
consecuencia la retención de líquidos.
- Hipoglucemia,
debida a alteraciones en el almacenamiento del glucógeno, que es otra de
las funciones que realiza el hígado. El glucógeno se transforma en glucosa
cuando el organismo lo necesita, pero si las reservas no son suficientes
se puede producir una disminución del nivel de azúcar en la sangre del
paciente, lo que se conoce como hipoglucemia.
- Deficiencias en el metabolismo de sustancias como medicamentos,
alcohol y toxinas, lo que dificulta la eliminación de estas sustancias que
tienen efectos nocivos sobre diferentes órganos.
- Disminución de la capacidad de defensa del organismo frente a
bacterias y virus, debido al mal funcionamiento de ciertas células
hepáticas, que actúan destruyendo precisamente estos gérmenes y que, al no
realizar su cometido correctamente, facilitan que las bacterias y virus
procedentes de la zona abdominal se extiendan por el torrente sanguíneo.